Lokka


Verano 2006
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Estoy lokka, saludablemente lokka... recién acabo de pasar por un espejo y me di cuenta de que existía -no lo sabía- pensé que había detenido el tiempo y quedado allá en modelos de vidas frágiles anteriores, pero no, estoy aquí en este momento y en este espacio. Que lástima, hubiese preferido apoyar mi nulidad humana actual, pero no, no puedo, volví a ser aquella gobernada por ilusiones de igualdades que nunca existirán en este acaudalado mundillo miserable y subliminal. Recorro una de mis vidas pasadas y me veo flameando banderas rojas. Que estúpida, ya no existen... bueno, en realidad queda una ricamente empobrecida y negada. Quito el mástil que sostiene mi ilusiva insignia, tomo la tela entristecida, la corto en miles de millones de pedacitos y hago miles de millones de pequeños pañuelos rojizos que serán repartidos, oportunamente, entre la congelada gente, para que puedan secar, quizás, sus doctoradas lágrimas que vendrán... refugiada y calma gente extinguiendo (sus) retoños, sin notar el por qué de sus ruinas. A pesar de que existo nuevamente, sigo siendo una boluda que continúa atormentándose por el sufrimiento de los demás, aunque inevitablemente el mundo se apaga para todos.... si, inevitablemente para todos... Estoy lokka, si, saludable y sensiblemente lokka... quizás sea el efecto invernadero, o la escasez de alimentos, o las próximas guerras por el petróleo, o la poda indiscriminada de bosques, o la incertidumbre por la futura falta de agua, o el aniquilamiento de culturas aborígenes, o las enfermedades terminales producto de la contaminación ambiental, o el hambre y sus millones de muertes párvulas en países del tercer mundo, o la carencia de medicamentos en hospitales públicos, o esa falta de sonrisas en los niños pobres, o la capacidad de ausencias del Estado, o la injusticia sitemática de los poderes reinantes, o este capitalismo salvaje artesano en destruir futuros endebles, o la distribución de la riqueza, o los miserables sueldos de maestros y médicos o las demoníacas mentiras de los serviles medios de comunicación, o los fastidiosos y esperanzadores consejos de los eternos intelectuales de cartón y panzas fláccidas y complacientes...o que se yo... no sé... sólo siento que estoy impotentemente lokka...